Las cadenas de bloques o blockchain interesaba a muy pocos hasta que a principios de 2017 experimentó un «boom» debido a las criptomonedas y las ICOs (Initial Coin Offering).
Ambas, sumadas al gran interés por esta “tecnología” por parte de las empresas provenientes de distintos sectores propulsaron su popularidad considerablemente.
En el siguiente post queremos abordar alguno de los mitos que se han generado alrededor de las cadenas de bloques o blockchain.
Nuestro objetivo es aportar información de valor a nuestros lectores sobre las cadenas de bloques. De esta manera, queremos conseguir que todo aquel que se lo proponga pueda dejar de ser un mero espectador y participe en este cambio global que parece que ya está en marcha.
MITO 1: existe una única tecnología blockchain
Hay más de una tecnología bajo el nombre de blockchain.
Dentro de la cadena de bloques, la base de datos transaccional descentralizada inmutable es uno de los elementos fundamentales que tiene cualquier blockchain pública.
No hay que olvidar que hay versiones públicas y privadas, de código abierto y código cerrado, adaptadas a soluciones específicas o de uso general.
Para entenderlo mejor vamos a explicar brevemente los tipos de cadenas de bloques que hay a día de hoy:
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Blockchain público:
Es una cadena de bloques donde todo el mundo puede ver las transacciones que tienen lugar en ella.
Cuando se lleva a cabo una transacción, ésta aparecerá en el registro. En ese momento, todo el mundo puede participar en el proceso de consenso.
Por ejemplo, la primera de todas las cadenas de bloques o blockchain, bitcoin, está compuesta de un protocolo (Bitcoin), un token o una unidad de cuenta (bitcoin) y una blockchain, la base de datos transaccional.
Por lo general, las blockchain públicas suelen contar con estos tres componentes para operar como un sistema descentralizado.
Ethereum es otro ejemplo de cadena de bloques pública que cuenta con estos tres componentes.
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Blockchain federal:
Esta cadena de bloques no permite la participación de cualquier persona.
Solo permite un número limitado de nodos (ordenadores conectados a una red blockchain utilizando el protocolo P2P), a los cuales hay que darles permiso.
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Blockchain privado:
Este tipo de cadena de bloques se usa en la mayoría de los casos dentro de una empresa. El acceso a la misma y la realización de transacciones está vetada. Solo se permite a un número de miembros concretos.
Las cadenas de bloques o blockchain privadas no necesitan un token para poder funcionar, ya que la confianza recae en nodos identificados. Este dato es importante ya que marca la diferencia con respecto a los nodos de las cadenas de bloques públicas que son completamente anónimos.
Por lo tanto, hay que tener siempre presente que las DLT (Distributed Ledger Technology), lo que es lo mismo a las blockchains privadas, son otra tecnología distinta.
Su principal labor está siendo la optimización de procesos para el ahorro de costes. Es decir, las DLT más que buscar la disrupción, buscan la optimización de lo ya existente en la actualidad.
Por estos motivo que os acabamos de explicar, hablar de una única tecnología blockchain bajo nuestro punto de vista es erróneo. Aunque no hay que olvidar que hay múltiples opiniones al respecto que señalan incluso que las DLT forman parte de una categoría genérica.
Vamos a poneros un último ejemplo que nos parece fundamental para poder entenderlo a la perfección.
Al leer sobre las criptomonedas a menudo se puede entender que todas ellas se basan en una única cadena de bloques denominada blockchain. Pero esto no es cierto, puesto que hay criptomonedas que no se basan ni siquiera en blockchain.
Dentro de las que sí que usan blockchain, existe un amplio abanico de tipologías de cadenas de bloques, cada una con distintos propósitos.
MITO 2: las cadenas de bloques o redes blockchain son únicamente una tecnología
La tecnología blockchain no existe como tal, lo único que existe son implementaciones concretas de diferentes soluciones. Es decir, las cadenas de bloques o blockchain no solo es una tecnología. Al menos así fue para Satoshi Nakamoto y el resto de personas que querían crear Bitcoin.
Nakamoto se basó en soluciones propuestas por «cypherpunks»; un movimiento basado en el anarcocapitalismo tecnológico regido por un objetivo, generar herramientas para las personas que quisieran proteger su privacidad.
Este movimiento comenzó en los años 90, inspirado a su vez por otros movimientos similares que surgieron con anterioridad, dentro del ámbito científico y académico en algunos casos.
Nakamoto creó en 2004 un sistema llamado real proof of work con el objetivo de crear un tipo de dinero digital descentralizado.
No solo surgió el bitcoin, hay otros muchos conceptos y tipos de monedas que comenzaron a surgir y que también debemos conocer o al menos deberían sonarnos.
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Wei Dai diseñó un sistema llamado b-money.
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Nick Szabo fue el inspirador del concepto de contrato inteligente (smart contract) y promotor de un tipo de moneda denominada Bitcold.
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Adam Back conceptualizó el HashCash, un sistema antisapmming para emails.
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Vitalik Buterin creó Ethereum.
Todos estas personas se identifican como cypherpunks. Sus proyectos no se crearon únicamente para lucrarse, sino para ayudar al progreso de la humanidad mediante la creación de herramientas que estuviesen a nuestra disposición.
Consistían en desarrollar nuevos sistemas de organización social que nos pudieran ayudar a tener un sistema de organización mejor. Evitando la centralización que lleva vigente dos centenarios de nuestra historia.
Por este motivo, las cadenas de bloques o redes blockchain públicas se consideran mucho más que una tecnología. Se considera un instrumento de cambio social para muchos.
Las cadenas de bloques o redes blockchains privadas (DLT) son instrumentos que tienen como objetivo la mejora de procesos y la rentabilidad para la empresa en la que se implemente. No suelen estar dirigidas a cubrir ese componente social que sí que perseguía Bitcoin y Ethereum en sus comienzos.
MITO 3: se pueden resolver todos los problema mediante cadenas de bloques o redes blockchain
Al estar en todo momento en boca de todos, puede dar la sensación de que las cadenas de bloques o redes blockchain van a resolver todos los problemas que surjan en cualquier ámbito o sector como si se tratará de arte de magia.
Esto no es así. Estamos ante una “tecnología” cargada de potencial y expectativas, pero no sabemos si finalmente llegará tan lejos como piensan algunos. Lo que sí que sabemos es que no pueden resolver todos los problemas en su totalidad.
Se puede usar blockchain para transacciones complejas y técnicas, como verificar la identidad de una persona o certificar el estado de una propiedad o producto (como hacemos en Visualeo) mediante fotografías y/o vídeo sabiendo el lugar, la fecha y la hora exacta donde se realizaron las mismas.
MITO 4: si no eres programador no puedes trabajar con las cadenas de bloques
Esto ha cambiado radicalmente desde 2017. Aquellos que desde 2014 se han interesado por las cadenas de bloques y todo lo que las rodea, han conseguido formar parte de startups del ecosistema o han encontrado su lugar en empresas como abogados, consultores, periodistas, auditores, financieros…
Estos empleos están muy demandados porque hay pocas personas que conozcan el funcionamiento de este ecosistema.
MITO 5: lo más importante en blockchain es la comunidad
Antes de 2013 la motivación generalizada era la descentralización y el aporte tecnológico. Esto creó una comunidad formada por un gran número de pioneros como Víctor Escudero, Carlos Vivas, Joaquín Moreno…entre muchos otros que ya estaban interesados en aquellos años en bitcoin y otras tecnologías abiertas.
La subida del precio del bitcoin ha diluido esta comunidad, en la que el interés originario era la descentralización. Dando paso a un ecosistema donde lo que más interesa es ganar dinero mediante coin flipping (comprar barata alguna criptomoneda y venderla cara).
Este ecosistema está extendiéndose a nivel global dividiendo la comunidad y operando en contra del entorno colaborativo, descentralizado y construido desde el respeto y el progreso común.
Por este motivo la comunidad blockchain se está perdiendo, puesto que en origen su epicentro era el uso de blockchain para recrear modelos sociales más justos y descentralizados. Tras una bajada de los precios, tal vez podamos volver a hablar de comunidad basándonos en lo que eso significaba en el pasado.
MITO 6: las cadenas de bloques son gratuitas
Ejecutar blockchain no es barato a día de hoy. Es necesario el uso de múltiples ordenadores que resuelven algoritmos matemáticos para acordar un resultado final inmutable.
Además, no hay que olvidar, que cada bloque requiere de una gran cantidad de potencia informática para dar con dicha resolución. De hecho, en torno a esta “tecnología” ya hay varias corrientes que están tratando de economizar los costes de blockchain.
MITO 7: Los registros de blockchain son impenetrable, no se pueden modificar
Uno de los principales atractivos de las cadenas de bloques es su permanencia y transparencia inherente. Cuando oímos esto, por norma general creemos que significa que blockchain es invulnerable a los ataques externos.
No hay que olvidar, que a día de hoy, no hay ningún sistema ni ninguna base de datos que sea completamente segura, pero cuanto mayor sea y más distribuida esté la red, más segura se considerará. Lo que blockchain pueden ofrecer a las aplicaciones que se desarrollan en ella es una forma de capturar los cambios no autorizados en los registros.
MITO 8: solo es posible usar blockchain en el sector financiero
Blockchain comenzó en el sector financiero debido a su primera aplicación, la criptomoneda bitcoin. Pero es importante tener presente que cuenta con numerosas áreas de aplicación.
Hoy en día se está comenzando a hablar de varios sectores. Coincidiendo en gran medida con los que trabaja Visualeo: elsector inmobiliario, seguros, legal, exportación, automoción…
Además es importante añadir que las cadenas de bloques no son solo para las grandes compañías. No existe ninguna barrera que impida a cualquier persona o pequeña empresa el uso de Blockchain. Una de las virtudes que tiene esta “tecnología” es que puede ser escalada y de ese modo poder conseguir suplir las necesidades del usuario.
Esperamos haberos resuelto gran parte de vuestras dudas mediante este post.
Pero esto no se acaba aquí, queremos ir más allá creando un segundo post con algún mitos más de esta “tecnología”. De esta manera, pensamos que podréis estar mucho más enterados de las cadenas de bloques.
En Visualeo sabemos la complicación que puede tener entender el funcionamiento de las cadenas de bloques. Para ello intentamos utilizar un lenguaje sencillo y accesible para que cualquier usuario interesado entienda cómo funciona e incluso cómo puede aprovechar esta nueva tecnología.
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